Es frecuente equivocarse sobre lo que es útil y lo que no lo es.
Generalmente se llama útil a lo que responde a las necesidades de nuestra vida material.
Hoy día, se consideran útiles las riquezas que se exhiben únicamente para alimentar la vanidad y despertar envidia.
Considero útil, a todo cuanto nos proporciona felicidad.
Ahora bien, nada hay en el mundo que nos haga más felices que la contemplación. Es lo que, con demasiada frecuencia, se olvida hoy en nuestros días. El hombre, que libre de la indigencia, goza como un sabio de innumerables maravillas que a cada instante aparecen frente a sus ojos y su espíritu, camina por la tierra como un ser supremo.
Los lugares, referentes históricos de acontecimientos, sucesos, encuentros, sensaciones, poseen objetos maravillosos y sean o no observados siempre están allí, infiltrándose subrepticiamente en la multitud que pasa.
Van a seguir existiendo con esa energía vital que llevan dentro como impronta del que las creó para que luego tomen existencia propia y confirmen la nuestra.
silvia calvo